Por Pablo Mingueza Guiberteau – 5º P
Érase una vez… en un palacio de Benidorm nació un niño llamado Pipiriflautas. Tres duendes fueron a concederle un deseo. El primero, Plof, le concedió el deseo de ser muy guapo; el segundo, Chuf, le concedió el deseo de ser muy listo y el tercero, Churuscuf, le iba a conceder el deseo pero, un enano malo, Brumkabomm, apareció y le dijo que a los 23 años se moriría por un balonazo.
El duende Churruscuf le concedió el deseo de que a los 23 años no se moriría sino que se desmayaría hasta que una chica, por amor, le curase la herida.
El rey le dijo a los tres duendes que se llevaran al príncipe a un chalet en la playa. El enano, un ser con el cuerpo y la velocidad del caballo, con los cuernos y la fuerza de un toro bravo y alas de dragón; también escupía fuego, junto a su ejército de Ricoballos, se preparaban para conquistar el castillo.
A los 23 años, al príncipe Pipiriflautas, jugando al voleyplaya, le dieron en la cabeza y se desmayó. Los duendes, precipitadamente, fueron a llamar a la socorrista. Cuando la socorrista vio lo guapo que era el príncipe le curó la herida y le salvó. Cuando el enano vio que el príncipe seguía vivo, entró en cólera y atacó con su ejército de Ricoballos, pero la socorrista, hábilmente, venció al ejército.
El duende salió corriendo del reino.
El príncipe y la socorrista fueron al castillo, se casaron, vivieron felices y comieron perdices. Pero… ¿el enano volverá otra vez?
No lo sabemos…
Supergracioso.
Felicidades, Pablo. Me estaba divirtiendo un montón con tu cuento; además, hay un montón de humor con los nombres de los personajes del cuento como el de los Ricoballos. Espero que hagas una segunda parte.
Genial, Pablo. Cuando contaste el cuento en clase, todos nos reímos un montón, pues es una historia muy graciosa. Qué pena que no le contaras el cuento a los niños de infantil, porque está muy bien. FELICIDADES.