20 de Noviembre
Hace mucho tiempo, después de la Primera Guerra Mundial, una señora inglesa que se llamaba Eglantyne Jebb, a quien por supuesto le encantaban los niños, creó una organización en su país para ayudarles.
Pensó que los niños deberían tener unos derechos y viajó hasta Ginebra, una ciudad suiza, para contárselo al Presidente de la Cruz Roja, que entonces era Gustav Ader.
En Ginebra les pareció muy bien la idea y el 6 de enero de 1920 crearon la «Unión Internacional de Socorro a los Niños». Esto alegró mucho a Eglantyne.
Siguió trabajando y, cuatro años más tarde, consiguió que las Naciones Unidas se reunieran otra vez y pensaran todas juntas cuáles eran las cosas que necesitaban los niños.
Lograron, después de mucho trabajo, que en 1959 aprobaran la «Declaración de los Derechos del Niño», en la que se recogían los diez derechos o principios.



Me parece bien que haya un día del niño, porque yo creía que era para darnos regalos o cosas así. No sabía que era para los niños del tercer mundo. Por eso les recordamos que hay un día que se van a sentir bien.
Es verdad. Nosotro tenemos mucha suerte de poder comer y de tener todas las cosas que queremos y no pensamos en los demás.