«Enlazando recuerdos»
Por Daniel Prado Aranda – 6º P
– Entonces, ¿cómo era? – me preguntó Dorea.
La sala del hospital olía a lejía, y todo parecía estar muy limpio. Dorea yacía en la cama.
– Bueno, eras… un poco… intolerante – respondí yo.
Dorea consultó su diccionario. Me miró.
– ¿No respetaba las opiniones de los demás?
– Lamentablemente, no.
Desde que Dorea había perdido la memoria, había olvidado parte de su vocabulario.
– Tú – continué – nos obligabas a pensar lo que tú pensabas.
– ¿Y era una persona desdichada?
– No. Te creías la mejor del mundo.
Una enfermera me dijo que Dorea debía descansar. Protesté.
– No, no – dijo Dorea – vete. Deja que asimile mi pasado.
Abandoné la UVI y ahí se acabó la conversación.
…
Ahora, tres años después, Dorea es la persona más educada y tolerante del mundo, además de mi mejor amiga, ya que fui el único que se molestó entonces en ir a visitarla.
¡Ah! Y Dorea ya no se atreve a ir en bicicleta sin casco. No quier perder la memoria otra vez. Aunque, si pasara, le tendría que decir que era una persona… tolerante.
Muy bonita, Dani. Me ha gustado mucho la forma en la que empiezas.
Sí, a mí también, Sofía. Empieza muy bien.
Tengo una pregunta, Daniel: ¿Esta historia es verdad? ¡Ah, se me había olvidado! Te felicito. La verdad es que escribes bastante bien.
Muchas felicidades, Daniel. Ya has demostrado que escribes muy bien; me acuerdo de la novela que escribiste. Y ahora con las composiciones. Felicidades.