«Pedro y el lobo… ¿Recuerdas?»
Por Ana Arriaga Prieto – 5º P
Fernando siempre solucionaba sus problemas con una mentira…
Cuando había que entregar algún trabajo, siempre se inventaba una excusa para no hacerlo. Por ejemplo: que perdió el cuaderno, que estaba enfermo…
Fernando, con el paso del tiempo, se convirtió en un gran mentiroso. ¡No paraba de decir mentiras!
Sus amigos, su familia y conocidos ya no sabían cuándo estaba mintiendo y cuándo no. Y cada vez se fue quedando más solo.
Un día, Fernando fue a la biblioteca y cogió el libro de «Pedro y el lobo». ¡Le encantó!
Pero lo mejor no acaba ahí. Fernando nunca más volvió a mentir, porque si no iba a acabar como en el cuento: solo y sin nadie que, en los momentos difíciles, le pudieran ayudar.
Me encanta, Ana. Además, ya me la sé de memoria, porque cada vez que hago una broma/mentirijilla, mi madre me lo recuerda. Y como se llama Pedro, igual que yo…
Aunque en este caso se llama Fernando.
Cambiando de tema, te quería decir que esta narración me ha encantado, ya la han visto un montón de personas.
Ana, es una narración preciosa. La verdad, es que es una narración que nos explica por qué no tenemos que mentir. Sigue así.
Sí, mentir no está bien. Además, cuando haces una mentira, de ella sale otra y otra. Y al final acabas en un lío. Hay un dicho que dice: «Las mentiras tiene las patas muy corta»
¡Me encanta tu narración, Ana!
Ana, está genial. Es muy «chulí».
Gracias, Pablo. Espero que alguna vez una de tus composiciones se publique. Ánimo, Pablo.
Qué bonita, Ana.
Muchas gracias, Pedro.