Un bebé, vestido de cebra, es el alimento deseado de una leona en el zoológico de Oregón.
Afortunadamente, el bebé estaba fuera de la pared de cristal. La leona ansiaba comerse a la criatura, porque tenía una chaqueta de cebra. Estuvo mucho tiempo intentando alcanzar al bebé, rasgando en la pared y abriendo la boca para intentar comérselo.
Los padres del niño grabaron el vídeo porque pensaban que no corría ningún peligro. En el mismo se puede escuchar a los padres decir, en su idioma: «Dí… ¡hola, gatito!».
En la entrevista, la madre añadió: «Ese fue el primer viaje de Jack al zoológico. Ni siquiera nos habíamos dado cuenta de que llevaba el traje de cebra puesto hasta que llegamos a casa».
Pero es el ciclo de la vida. Por ejemplo, si los leones fueran vegetarianos y no se comieran a las gacelas, se comerían toda la hierba y cuando se terminara se morirían, y así continuamente.
Tienes razón, Cristina. La leona se quería comer el bebé, pero si el cristal se hubiera roto, el bebé ya no estaría allí y, seguramente, los padres se asustarían o desaparecian (no porque hubieran huído, sino que a lo mejor se los hubiera comido la leona).
¡Qué bebé más mono!
Menos mal que estaba el cristal porque si no… el bebé habría desaparecido.
Es un vídeo muy divertido; menos mal que había un cristal entre la leona y el bebé, porque si no…
A mí me parece muy raro.
La leona se quería comer al bebé, pero menos mal que estaba ese cristal, porque si no hubiera cristal ya se lo hubiera comido.
Menos mal. Pobre bebé y también, pobre león. Si fueran vegetarianos… no pasaría esto.
Todo el mundo quiere que nadie se coma a nadie. Pero por desgracia, la vida es así.
Es verdad.
Claro que sí.
Tienes toda la razón, Cristina.
Tienes toda la razón.
Justo lo que iba a decir.
Pero es el ciclo de la vida. Por ejemplo, si los leones fueran vegetarianos y no se comieran a las gacelas, se comerían toda la hierba y cuando se terminara se morirían, y así continuamente.
Tienes razón, Cristina. La leona se quería comer el bebé, pero si el cristal se hubiera roto, el bebé ya no estaría allí y, seguramente, los padres se asustarían o desaparecian (no porque hubieran huído, sino que a lo mejor se los hubiera comido la leona).