«El huevo de oro»
Por Alba Gómez Díaz – 6º P
Nunca pensé que pasaría tanto miedo…
… No habría ocurrido si hubiera tomado las medidas suficientes. Sabiendo que aquello lo guardaba en casa, mis precauciones deberían haber sido mayores.
Ocurrió el pasado jueves, a las cinco y media de la tarde. Puedo asegurar que jamás olvidaré aquel veintiocho de Junio del dos mil doce.
Como estaréis impacientes por saber lo que tenía, lo revelaré: «Un huevo de oro». Pero oro, del bueno.
Es muy especial. Tan duro, como la piedra más fuerte del mundo; tan bello, como la coas más bonita del mundo; tan preciado, como lo más querido del mundo y tan caliente, como la lava del volcán más activo del mundo.
Superaba mis fuerzas mantener en secreto lo que tenía. No aguanté más y se lo conté a Lourdes. Alguien se entrometió en nuestra conversación.
Inesperadamente, recibí la imprevista visita de esa persona. Arrasó con todo lo que a su alrededor encontró. Cuando lo tuvo en sus manos, ardieron. De tal ardor que sufrió, tiró el huevo al suelo. ¡Menos mal que era tan duro! Salió a toda mecha, tras mi absorta mirada.
Ahora lo guardo en un lugar en el que nunca nadie miraría, esperando a que mi polluelo dorado nazca.
Estoy segura de que debe haber una segunda parte. Escribes muy bien, Alba. Felicidades.
Qué chula, Alba. Y tienes razón, Pedro. Espero que nazca el pollito.
Y, también quiero que salga. Es muy bonita, Alba, tu composición.