«¡Qué suerte que tengo!»

«¡Qué suerte que tengo!»

Por Juan Notario Carrasco – 5º P

Era un  niño muy singular. Siempre quería aquello que no tenía; los juguetes de sus compañeros, la ropa de sus primos, los libros de sus padres…»

… todo eso le producía un malestar y una tristeza profunda. Como no sabía expresar sus sentimientos, se comportaba de mala manera.

Un día, cuando iba al colegio, se cruzó por la calle con un niño, y se dio cuenta que sus ropas eran harapientas, que sus zapatos tenían agujeros, que no llevaba mochila y, a pesar de todo, iba cantando y en su cara había una enorme sonrisa.

A Francisco le llamó la atención y, muy despacito, sin apenas hacer ruido, se acercó al niño pobre. Cuando estaba a un paso, le observó de arriba abajo. Fue entonces cuando se dio cuenta de la suerte que tenía y de lo torpe que había sido y, sobre todo, lo egoísta.

Ese día, cuando volvió a su casa, le devolvió los libros a sus padres; cuando sus primos fueron a verle, les dijo que le gustaba su jersey y su gorra, pero que no los quería.

Él aprendió a valorar lo que tenía y a no desear lo que no le hacía falta. A partir de entonces fue un niño satisfecho que también… iba cantando.

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Publicado el 18/04/2012 en (N) Abril - 2012. Añade a favoritos el enlace permanente. 12 comentarios.

  1. Raquel Dorado Lozano

    Muy bien, Juan. Enhorabuena, y sigue así.